EL NONO

 


El nono siempre intentando derribar mitos, colocó la cama con los pies en dirección a la puerta en señal de desafío, tan solo para demostrar que la sin nombre no se fija en esos detalles. Supersticioso!! me gritaba, sabiendo que no me gustaban esos retos.
El nono vivió con la cama en esa posición hasta los ciento dos años, que bárbaro, seguro que si lo dejaba, hubiese vivido más.