El júbilo era generalizado, las primeras ráfagas impactaron el objetivo de repente y se repetirían cada hora. Apenas un mínimo sonido podía ser la respuesta a siglos de la misma pregunta "estamos solos en el Universo?", luego de pronto la señal se suspendió, doce días tardaron en restablecer el contacto. En los albores del siglo XXI cada doce días por noventa y seis horas, las señales del espacio exterior encendían las alarmas de los observatorios terrestres donde solo se escuchaba un mensaje que se repetía una y otra vez, "EL CONTAGIO ES ALTO, LA PROPAGACION INEVITABLE, CORONAVIRUS MORTAL". En LaTierra, en los albores del siglo XXI, no existía ser humano que diera respuesta.
El Capitán Starfunkel abandonó la Tierra en un cohete hecho de papel y cinta adhesiva, iba en busca de un planeta alejado del sistema solar del que casi sin querer descubrió su existencia al escudriñar con su telescopio de cartón el cielo estrellado de una noche en la costa argentina. Las historias son su bitácora, escrita en papel de colores, arrojados al espacio en botellitas de refresco. Iremos tras sus pasos, ya que nosotros mismos también buscamos ese lugar llamado Utopía.
SOMBRAS
Me aterran, están a plena luz, jamás desisten, las veo, están allí. A veces casi imperceptibles pero están. Solo en la oscuridad me siento a salvo.
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