El Capitán Starfunkel abandonó la Tierra en un cohete hecho de papel y cinta adhesiva, iba en busca de un planeta alejado del sistema solar del que casi sin querer descubrió su existencia al escudriñar con su telescopio de cartón el cielo estrellado de una noche en la costa argentina. Los mensajes que nos conectan son su bitácora, escrita en papel de colores, arrojados al espacio en botellitas de refresco. Iremos tras sus pasos, ya que nosotros mismos siempre buscaremos ese lugar llamado Utopía.
ARTE
Desde su imaginación creaba mundos y civilizaciones fantásticas, nadie lo llamó artista, pero sus creaciones lo conocían como dios.
INDIFERENTES
Tenía una mueca rara en el rostro, siempre actuaba raro pero no estaba como todos los días, entró a la oficina y se sentó en su escritorio, comenzó a guardar las cosas en los cajones, limpió el espacio. Nos observó con la mirada dura como culpándonos de sus males. Se paró y dirigiéndose hacia la salida, así como estaba de espaldas con voz gruesa, más de lo normal dijo, gracias por su indiferencia, volveré a visitarlos y se retiró.
Nos quedamos incómodos pensando en lo sucedido, nadie sabía ni entendía nada, igualmente sus actitudes nos tenían sin cuidado, siempre actuaba raro.
Apenas unos minutos después un llamado telefónico nos informaba que nuestro compañero, quien sufría una gran depresión, se había quitado la vida esta madrugada. No podíamos creerlo, no comentamos nada que él había estado con nosotros apenas unos minutos antes, fue ese momento en que comprendimos que la indiferencia generaba una culpa que se transformó en nuestro fantasma.
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