SIN CONSUELO

Aún me encontraba cerca cuando escuché sus gritos, acudí lo más rápido que pude y en un instante estaba ahí parado frente a ella. La ví sin consuelo suplicar, la oí gritar con desesperación, se percibía en su llanto el dolor eterno. Intenté hablarle pero no me escuchó, quise abrazarla pero nada pude hacer, hace años que tan solo su alma viene buscándome..

AHORA

En un mundo estéril, Mark ingresó a su transporte, una voz cibernética le saludó —buenas tardes doc., tercer salto, a cuándo nos dirigimos hoy?.

Con un dejo de tristeza Mark dictó exactamente la fecha en que había viajado por primera vez. 

Los científicos expectantes, aguardando el momento indicado abrieron la escotilla. La cápsula había perdido todo el aire, Mark yacía inmóvil sobre el computador inservible, él sostenía aún en una de sus manos, una fotografía de la devastación con una inscripción, en ella podía leerse "ahora el futuro estará a salvo". .

ZONA FANTASMA

La señal de radiofrecuencia cesó repentinamente, éramos diez en el equipo de rescate incluyendo al piloto. Todos expertos, un biólogo, dos medicos y personal militar, no vaya a ser cosa que el salvamento se convierta en un desmadre. Siendo las ochocientas horas en la víspera de la primavera terrestre amarizamos en el planeta azul y nos preparamos para explorar la costa cercana, apenas uno cientos de kilómetros nos separaban del origen de la señal. Tardamos tres horas en toda la preparación, conocíamos el protocolo y cuando el sol comenzaba a calentar tocamos tierra. La costanera se encontraba desierta, automóviles abandonados en mitad de la avenida con rastros de no haber sido utilizados en mucho tiempo. Una vegetación incipiente se adueñaba de la pobre postal edilicia. Avanzamos por la ciudad a través de calles, plazas , desde la autopista todo lo que se observaba era desolación, una verdadera zona fantasma, hasta el momento la única señal de vida era vegetal. Llegamos al lugar de origen de la señal, por las antenas nos imaginamos que podría haber sido una vieja estación de televisión. Una vez dentro, revisamos e investigamos lo sucedido, necesitábamos respuestas. Quién sabe cuándo activaron el faro, lo cierto es que todas esas máquinas tienen un tiempo de vida útil, las estimaciones nos dan que hace dos semanas dejó de transmitir, por lo que aproximadamente lo pone en funcionamiento seis meses atrás. Los registros indican que no hubo contaminación ni radiación de ningún tipo, no hay señales de ataques con armas, tan solo desolación como si simplemente la humanidad hubiese desaparecido. Recabamos la información necesaria y nos preparamos para volver, siendo las mil novecientas horas partimos rumbo a la nave. Apenas faltaban un par de kilómetros cuando la oscuridad de la noche nos alcanzó por completo, cosa que no nos detuvo, una tenue luz, reflejo de la luna iluminaba lo necesario para no frenar el regreso.

Al cabo de unas horas la tripulación había informado que se disponía a abandonar el planeta azul, pero jamás despegó. Según los últimos datos biométricos transmitidos y recibidos por control espacial, todos habrían desaparecido.

LA SED

Hubo un tiempo en que todos fuimos héroes, forjamos la espada mas noble, levantamos orgullosos nuestro estandarte y convertimos los verdes prados en rojos ríos con la sangre del enemigo.

Tiempos de lucha y conquista, el espíritu de una raza sin pasado. Un sinfín de historias serán contadas pero una sola verdad prevalece en el inconsciente del guerrero, victoria!. 

Así es, en los albores del siglo XXI tras la pandemia que puso de rodillas a la humanidad, fuimos capaces de diezmar y esclavizar un planeta entero.

Ahora han pasado los años y hemos descubierto algo que no imaginábamos, procedemos de ese lugar llamado purgatorio, una fantasía tan humana como las almas de los condenados que volvimos con una lujuriosa sed de venganza.

NUEVO DÍA

Es tan increíble volver a sentir la brisa en el rostro, ver el rocío impregnado de la mañana, pisar el blando manto de la hierba bajo los pies y el suave sol que comienza un nuevo día. Todas esas sensaciones que parecían olvidadas, hasta que este pobre incauto quitó el sello de la cripta.

MUROS

Con el correr de los años el caserón se me había hecho cada vez más y más inmenso, esos mismos muros fueron los que pesaron sobre mi espalda, hicieron lentos mis movimientos y me encerraron en una eterna agonía, cosa que ahora resulta totalmente indiferente al momento de atravesar sus paredes.