El Engaño



Se sabía cada número y cada letra de todo lo necesario al punto que, cuando era solicitada alguna comprobación física, él fingía haber olvidado el documento y deletreando o enumerando otros datos el engaño surtía efecto. La vida se le hizo más fácil a partir de allí, lo saludaban y lo reconocían, aunque no fuera quien decía ser. 

De esa forma continuó viviendo, actuaba una vida que lo hacía sentir pleno. Hasta que un día temprano entró a su casa y encontrando una bella mujer sentada en el diván, azorado por la actitud invasiva enérgico preguntó, _—ud. quien es, qué hace aquí?—. La mujer en un tono tan frío que lo heló contestó, vine por tí y dijo el nombre de la persona que precisamente él no era, así en ese momento con una fuerte opresión en el pecho, sintió que su alma lo abandonaba. La muerte esbozaba una sonrisa socarrona mientras él vanamente repetía una y otra vez su verdadero nombre. 

En ese mismo momento en alguna esquina perdida del barrio, allí donde se cruzan los atajos, el diablo en clara concordancia con la jugada de la muerte, esperaba al otro hombre para ofrecerle a cambio de su incondicional servicio, la eternidad.

EL ESPEJO - SONRISA

Con las manos apoyadas sobre el dressuar nos miramos fijamente, una mirada que escondía las palabras pero no se ausentaba el significado... temor. Giramos al mismo tiempo y nos fuimos alejando uno del otro a paso lento, abrimos la puerta de la habitación  tomé el picaporte con mi mano derecha, él con la mano izquierda y mientras cerrábamos lentamente la puerta, esa imagen mía reflejada en el espejo, sin quitarme los ojos de encima, socarronamente me sonrió.

EL ESPEJO - LIBRE

La bruja encerró a la princesa en lo más alto de la torre abandonada, nadie intentaría ayudarla en ese inhóspito lugar, el encierro era la maldición en si misma. La joven lloró hasta que no tuvo más lagrimas para derramar, se miró en el espejo y se vió fuerte, luego observó la ventana y con coraje corrió hacia su libertad.