EL ESPEJO - DRESUAR

Un día tomé coraje y hundí el cuchillo en su espalda mientras la observaba escupir su hiel sobre el dresuar. Jamás fui meticuloso pero en este momento no podía dejar nada al azar. Limpié cada rincón de la habitación, me deshice de la alfombra, descuarticé el cuerpo para poder arrojarlo en distintas partes de la ciudad sin mayores inconvenientes, un plan que salió a la perfección. De antemano los vecinos sabían la historia de un supuesto viaje, la ausencia no se notaría y me daría el tiempo necesario para alejarme sin sospechas. 

Volví tarde, extenuado, había hecho todo según lo planeado, allí en el dresuar aún estaba el cuchillo y en el espejo... su imagen llamándome.