EL ARBOL DE LOS DESEOS

El aprendiz caminaba en silencio junto al maestro intentando que cada inquietud desembocara en la pregunta adecuada. El viejo sabio le había transmitido conocimientos sobre la importancia del tiempo y no quería mal usarlo.
De repente el maestro se detuvo frente a un árbol de bellos colores y le dijo, cierra tus ojos y pídele un deseo. Cada vez que pasaban junto a ese árbol cumplían la misma rutina transformándola en un pequeño ritual. Con los años el aprendiz se convirtió en maestro y el maestro en sabio, entonces fue el más viejo quien frente al árbol preguntó, —maestro, por qué desde siempre le hemos pedido los deseos a este añejo árbol –, a lo que el más joven contestó —la respuesta está en lo que ves, a lo largo de su existencia este árbol vió y verá salir hojas que el viento llevará lejos, se marchitará dejando caer algunas ramas, otras se quebrarán pero las semillas florecen en cualquier momento y lugar. El árbol simboliza los anhelos, la esperanza, también la frustración, la distancia y por qué no el azar que todo deseo contiene en su esencia.
El viejo sabio sonrió y siguieron su camino hacia la morada de los ancestros.